viernes, 13 de diciembre de 2013

REMEMORANDO A CHIMIRO[1]

Yherdyn J Peña

            Mi encuentro con el  barrio El Paramito se lleva a cabo un mes de enero del año 85. Era un chamito venido de una comunidad rural, que había cursado sus primeros grados de estudio debajo de una mata de mango en el solar de una casa vecina. El impacto fue inmediato: entre otras cosas el cambio de las formas a las cuales estaba habituado. La escuela y la cancha fueron de las primeras cosas que atrajeron mi atención. Para ser honesto; no tenía idea de lo que era ni para que servía esta cancha. Y lo de la escuela: se deben de imaginar el impacto, de una mata de mango a una edificación que contaba con tres pisos. Esa especie de mata de mango no la había conocido.
            El cementerio tan próximo y tan inmenso será otro referente importante en esa memoria que insisto en traer hoy y compartir con ustedes. Pero entre todas las cosas nuevas que aprendí a descubrir y apreciar la más importante de ellas emergió de un espacio reducido y humilde. Uno de esos primeros domingos de ese año 85 unos señores se aproximaron al cuartico de esta cancha y montaron unos aparatos, y empezó a sonar la música de un solo pueblo, de carota, ñema y tajá… de Alí Primera.
            También se oía la voz del “señor chipi” invitando a la comunidad a una actividad. Y al poco tiempo; comenzó a aparecer la gente… mujeres, hombres, jóvenes y ancianos; pero sobre todo, niños. Aquello parecía mágico, era algo verdaderamente encantador. Regocijante, ver aquella muchachada corriendo y anhelante en esta cancha de tantos recuerdos.
            Esa misma tarde conocí el teatro. Una pasión que aún atesoro profundamente y que por obligaciones la he tenido que posponer tantas veces. Vi las danzas, los títeres, los juegos recreativos… descubrí que habían dos chipis y que el señor que hablaba en las mañanas en la radio formaba parte de esa maravilla. También vi como los muchachos de la bodega de enfrente también estaban allí.
            Recuerdo a Ramón David vestido de policía… me reí porque pensé que si salían corriendo no iba a poder atrapar a nadie. El amor de mi madre y esa magia con la que descubrí a Chimiro, tal vez sean de los recuerdos más valiosos que tengo de mi infancia. Crecí admirando y amando esta iniciativa. Desde entonces fue un sueño ser parte de esa realidad. Sueño que se cumple cuando tenía quince años. Colaborando por cierto en las actividades del XVI aniversario que después de mucho compartir con Alba, Betti Suárez, Irma, Kati, Araceli, El Peluche… me propusieron que formara parte de esto. Que felicidad fue aquello.
            Es cierto que el Chimiro ha tenido sus altibajos, pero siempre ha sido referente para varias generaciones de hombres y mujeres, de niños y niñas nacidos y crecidos en esta hermosísima comunidad. El Chimiro ha sido y espero que siga siendo una escuela de valores. Donde se han formado amistades inquebrantables. Este encontrarnos de nuevo aquí no es sólo la celebración de un aniversario más. Debe ser un compromiso de quienes hemos sido parte de la maravillosa familia Chimiro; y no hablo sólo de quienes hemos sido sus integrantes, o los cientos de niños y niñas que fueron parte de los grupos de danza y teatro, de multihogares y de otros tantos programas que se impulsaron desde aquí.
            Me refiero a todos y todas aquellas que nos han acompañado en las quema de Judas, en los pesebre vivientes, en la buscas de niño, en la elaboración de sancochos, en labores “extracurriculares” en el pintado y mantenimiento de la cancha “Alcides Segovia”, en la lectura del Periodiquito, en los campeonatos deportivos… infinidad de actividades que en 37 años se han ejecutado.
            El Chimiro es un patrimonio no solo del Barrio el Paramito… es sin lugar a dudas un patrimonio de la ciudad de Trujillo. Esforcémonos todos para que las generaciones por venir tengan el faro de luz que permitió que mucho de nosotros siguiéramos adelante. Entreguémosle a los chamos de hoy la oportunidad de un referente distinto a la violencia y al desinterés. Por ellos y por nosotros digamos y repitamos que VIVA EL CHIMIRO Y QUE VIVA EL PARAMITO.

MUCHAS GRACIAS 




[1] Discurso en el XXXVII aniversario del Grupo cultural y deportivo “Chimiro” en la cancha del Paramito, el 20 de abril de 2013.