viernes, 1 de noviembre de 2013

Chávez, siempre Chávez
Yherdyn Peña

            Para Venezuela, julio es un mes de partos gloriosos. El 05 de julio de 1811 nace la primera constitución no sólo de Venezuela si no de toda la América Hispana. De igual manera, es el 24 de julio de 1783 cuando ve sus primeras luces el hombre más grande de la América toda: el Libertador Simón Bolívar; y en esa tradición de majestuosidad, el 28 de julio de 1954 se produce un nuevo nacimiento en Sabaneta de Barinas, el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. De este último acontecimiento, emergió un personaje que marcó de manera imborrable los albores de este tercer milenio y su estela fulgurante se proyecta como faro a las generaciones por venir.
            El futuro comandante Chávez, tendrá su origen en humilde cuna y por ende, es que desde muy temprana edad pudo mirar y sentir la pobreza que azotaba a la mayoría de ese pueblo que posaba sus pies sobre el más grande mar de petróleo, pero que siempre fueron excluidos de una renta que se quedaba apresada en un reducido grupo que desde siempre ostentaron el poder y que sólo supieron reprimir con toda la intensidad a esos desposeídos que reclamaban las más elementales reivindicaciones.

Hugo Chávez, transita su infancia cubierto por el amor y la tutela de su abuela Rosa Inés, y en esos primeros años de arañero en su pueblo natal, vendiendo dulces que sirven para ahogar la amargura de una nueva decepción del pueblo venezolano: se pasó de una dictadura militar a la farsa democrática. El espíritu del 23 de enero había sido traicionado y las cúpulas de los partidos habían pactado para dejar de lado al pueblo. Vivir en la Venezuela adentro, lo puso desde muy temprano en conexión con la verdad que padecía el venezolano en su día a día.
Siendo aún un carajito, con sueños de hacerse pelotero profesional el arañero de Barinas encara su destino y llega a la Academia Militar de Venezuela, en donde además de hacerse soldado de la patria, se hacer revolucionario y profundamente bolivariano. Iniciaba apenas la década del setenta y la democracia puntofijista seguía con sus persecuciones, desapariciones y asesinatos selectivos a dirigentes políticos, obreros, estudiantes, intelectuales… todo aquel que disintiera de ese sistema político implementado por adecos y copeyanos.
            Su formación militar se complementa con las innumerables lecturas que nutren de un amplio bagaje histórico y cultural su intelecto. Alejado de su amado llano, deja atrás esa pobreza rural que tan bien había reconocido en su Sabaneta natal, y ahora entraba en contacto con la marginalidad urbana que había caracterizado el modelo social engendrado de la implantación del modelo económico rentista y petrolero, que obligaba a los campesinos desplazados a agolparse en los espacios periféricos de las grandes ciudades, especialmente Caracas; donde no contaban con los servicios mínimos y ni siquiera con la dignidad que todo ser humano se merece.
            En 1975 (07 de julio), adquiere el grado de subteniente, iniciando a su vez, un periplo interminable por todo el territorio nacional; lo que le permitió ahondar en su conocimiento de la patria, tanto en el aspecto físico, como en lo social y lo cultural. Identificándose siempre con la causa de los más desposeídos. Reconoce e identifica debilidades y potencialidades de esta rica nación. Analiza causas y consecuencias del sistema bipartidista que se había entronizado en Venezuela… perfila de esta manera un nuevo proyecto político, parecido a Venezuela y a los venezolanos.
            En procura de estructurar este proyecto, en el bicentenario del natalicio del Libertador (1983), junto a sus compañeros de armas, crea el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR – 200). Se congregan en torno a él, militares de un profundo corte nacionalista, construyen todo un entramado filosófico que aporta la savia de este movimiento revolucionario el cual resume de manera magistral en el árbol de las tres raíces (Bolívar, Rodríguez y Zamora)… se plantea la necesidad de la refundación de la república.
            La figura de Chávez no pasa desapercibida para quienes se ven amenazados por su proyecto, por su personalidad y su ascendencia en los compañeros de armas. Es movilizado, lo intentan aislar, es vigilado, pero el siempre evadiendo la vigilancia, procura el encuentro con diferentes fuerzas revolucionarias diseminadas por el país.
            El 27 de febrero de 1989 es un punto de inflexión, el pueblo en una expresión de revuelta constituyente, se levanta contra el paquete neoliberal, contra la corrupción, contra el acaparamiento y la especulación. Se levanta contra un sistema agotado que no sabe dar respuesta, se levanta contra el nepotismo y en contra de la intervención del Fondo Monetario Internacional. El poder cegado por el temor de un pueblo en la calle, responde con la violencia, el Comandante Supremo observa, como la fuerza armada es usada como verdugo de ese pueblo… e intensifica su accionar.
            En el año de 1992 (el 04 de febrero) se produce el alzamiento de la dignidad nacional. Fue el día en que realmente se rompió con un ciclo de silencios, de complicidades y desintereses. Fue el momento de un por ahora que se convirtió en un para siempre. La revolución y la esperanza toda de un pueblo adquiría rostro de paracaidista y boina roja. Ese rostro y esa boina de inmediato se hicieron en el símbolo de la dignidad y de la resistencia del pueblo. Quienes lo apresaron lo pensaron derrotado, no comprendieron (tal vez nunca lo harán) que ese hombre de boina roja se había sembrado en el corazón del pueblo… se hizo millones, se convirtió en fuerza indetenible.
            Cuando en 1994 sale de la cárcel esa avalancha popular del 92 se había hecho tsunami, recorrió (una vez más), caseríos, pueblos y ciudades. Donde pisa el barinés, allí florece el pueblo, brota la alegría, se desborda la ilusión. El camino a Miraflores, se construye cuadra por cuadra; hombres, mujeres y niños allanan las dificultades que debe sortear. La canalla de la derecha no acepta que este arañero del llano adentro se convirtiera en presidente. Conspira, amenaza, siembra el terror y la muerte; pero el pueblo sigue siempre al lado del comandante invicto. Refunda la república, los sueños lentamente se van haciendo realidad. Los pensamientos se convierten en obras.
            En el 2002, es secuestrado y el pueblo y la fuerza armada lo rescata… le dan una lección a la derecha que se resiste a aprender. El fascismo internacional se niega a reconocer que su proyecto fracasó frente a la propuesta de hermandad internacional que encarna el comandante Chávez. La Revolución Bolivariana se hace internacional, Venezuela es su epicentro, rompe las cadenas y empodera al pueblo.
            Su obra es en extremo dilatada, su partida física (tan prematura) este 05 de marzo, nos llenó a todos de un profundo dolor, pero este pueblo que se hizo aún más grande con el ejemplo de Chávez, sabe echarse ese dolor a cuesta y sacar las fuerzas para seguir profundizando esta revolución bolivariana y ahora más que nunca CHAVISTA. Que no se equivoque la derecha fascista, Chávez no está ausente carajo. Está en cada uno de los hombres y mujeres que dan su vida por la revolución y que saben que nuestro líder es Chávez, siempre Chávez

           

            

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